Ruta de los Valles Pasiegos II
Proponemos esta ruta preciosa que discurre por la Carretera Autonómica Secundaria CA-264 y que nos permite atravesando un alto, pasar de la cuenca del río Pisueña a la del río Miera, en un tranquilo recorrido de unos 20 km facilitado por el excelente estado de la vía.
Comenzamos el recorrido desde la población de Selaya, que sin ser oficialmente una de las Villas Pasiegas (Vega de Pas, San Pedro del Romeral y San Roque de Riomiera), podemos decir que sí lo es de hecho.
Ello se debe a que es la localidad más importante por tamaño que de éstas queda más cerca y el sabor pasiego es indudable. Selaya ejerce de cabecera en cuanto al comercio, servicios e industria.
Es el negociado pasiego, concentra también los edificios nobles y religiosos. En ella, la tradicional repostería pasiega de sobaos y quesadas, sin dejar de ser artesana, se convierte en industria. Posee una oferta turística completa. Cerca se ubica el Santuario de la Virgen de Valvanuz, de gran devoción por los pasiegos.
Nada más comenzar a conducir estamos inmersos entre prados de siega de vega, hierba de máxima calidad, primorosamente mimada, el tesoro esmeralda de los pasiegos. Pastos entre Cabañales agrupados en barrios que a medida que ascendemos se van diseminando. El paisaje modelado a filo de dalle (guadaña) se salpica de pequeñas manchas de bosque autóctono muy mermado por su pasado uso industrial como materia prima de la industria naval y las fundiciones de su armamento.
Desde el Mirador de Campillo y las curvas que lo superan se goza de magníficas vistas de estos valles. Ante nosotros se extiende una vasta alfombra verde ondulante hasta el horizonte, de cuadrícula minifundista delineada por grisáceos muretes. Una marquetería natural para solaz de los ganados, un paraíso para los herbívoros domésticos que también nosotros rumiamos extasiados.
Más adelante llegamos al Alto del Caracol, a 815 m. de altitud, que invita como su nombre indica ha hacer una parada “por despacio”. Es también el límite municipal entre Selaya y San Roque de Riomiera y el cambio de cuenca del río Pisueña al Miera.
Nada más continuar nos reciben centinelas de piedra caliza y avistamos más lejos los castillos pétreos de las cimas que guardan, especialmente imponente el Castro Valnera (1.707 m.), cual fortín amurallado natural, bastión principal entre la Cordillera Cantábrica y los Pirineos.
Ya en franca bajada hasta el cauce del Río Miera nos encontramos un cruce con una pintoresca cabaña de frente. Aquí podríamos; optar por seguir a la derecha, por la Carretera Local CA-643, remontando el Miera hasta llegar al Portillo de Lunada a 1.350 m. en la muga con Burgos.
En todo caso por la izquierda nos queda un kilómetro para llegar a San Roque de Riomiera, coqueta villa pasiega y fin de ruta.
A partir de aquí tenemos la opción de continuar hasta la preciosa Liérganes.
¡Buena Routa!
Galería de imágenes
Recomendaciones
- Una carretera muy cómoda para disfrutar en cualquier estación del año, sobresaliente en primavera y principio del verano.
Plano - Guía de la Ruta