La segunda Salida del Club de Turismo Routeros de TourCantabria discurrió por el Valle de Cabuérniga, encogido y aletargado en el medianero de Diciembre 2010.
Seguimos una primera parte del recorrido de la Ruta de los Foramontanos, un trazado precioso, esencia de la Cantabria Rural y clave histórica.
Comenzamos con una visita guiada al Museo del Traje Típico Cántabro en Cabezón de la Sal. Su ubicación era provisional mientras se trasladan a otro recinto, aún así, esta Asociación tradicional tuvo la deferencia de abrirnos y realizarnos una pormenorizada explicación de los atuendos de las distintas comarcas cántabras. Aprendimos y disfrutamos mucho, mil gracias por vuestra atención. Esperamos que pronto estén instalados en su propio Museo que será muy recomendable.
Al lado está el Poblado Cántabro de Cabezón, una recreación de las cabañas de techumbre vegetal donde vivían nuestros ancestros. Lo encontramos abandonado y muy descuidado. Parece que hay intenciones de recuperarlo y sobre todo, dotarlo de contenido.Esperamos que así sea, teniendo presentes que existe otro “Poblado Cántabro en Argüeso” y podría ser conveniente ofrecer actividades complementarias entre ambos.
Una parada típica en la localidad de Carrejo para tomar unas tapas y el mítico blanco de barrica. Siempre triunfa.
En el mismo pueblo visitamos el Museo de la Naturaleza de Cantabria. Había estado hace tiempo y sabiendo que estaba remodelado, tenía interés en verlo. Francamente decepcionante. Lo mejor, el edificio noble y la simpatía de la persona encargada, además de estar adaptado para personas discapacitadas, pero luego, los fondos expositivos no son de recibo. Se basan en una colección trasnochada de animales disecados…hace décadas. Hoy en día existen técnicas, composiciones y tecnología para montar una exposición sobre la magnífica naturaleza cántabra de manera sorprendente y didáctica. El arboretum con especies vegetales y árboles representativos de la región necesita también replantarse y replantearse.
Muy agradable resultó el paseo por la Fuentona de Ruente, tranquila, fresca, enigmática surgencia, romántica y melancólica. Una parada preciosa y sugerente.
Raudos a los coches hasta Bárcena Mayor, un puebluco declarado Conjunto Hcº-Artístico y que presenta pavimentos y casucas típicas de la Cantabria rural, objeto de una intensa restauración. Cuenta con un amplio aparcamiento a su entrada para dejar los vehículos y recorrerlo andando. La visita ligera, azuzaba el hambre. Lo saciamos con unos guisos rotundos en la Bolera de los Tojos. Esta vez las alubias rojas con venado se impusieron al cocido montañés por ajustado margen, es indiferente, ambos platos perfectos. Compartimos unos chuletones de vacuno, regamos con un tinto, rematamos con postres no ligeros. Dá gusto llegarse hasta este Restaurante con pindia carretera pero premio seguro.
Tertulia y despedida, la noche tempranera de Invierno se empoderaba de los altos con desconcertante tono azul frío.
Nos quedamos con ganas de terminar, como teníamos previsto, al calor de un Café-litearte en los Tiempos de la Oca en el Océano, para la próxima. Buena Routa ¡!
